sábado, 19 de noviembre de 2016

De nuevo en el precente, el Chullachaqui combierte a Cholito en una Huanguana

De nuevo en el presente, el Chullachaqui convierte a Cholito en una huanguana
-         Ji ji ji! Reía el Chullachaqui junto a Cholito, quien luego de despertar de un sueño de siglos miraba anonadado a su alrededor -. ¿Cómo te fue en tu viaje al pasado, ñaño? Te divertiste mucho ¿verdad? Ji ji ji!  
-         ¡Vaya! ¿Fue cierto o no lo que me sucedió? – dijo Cholito sentándose, aturdido aun.
-         Tan cierto como hoy estas aquí – respondió el Chullachaqui, y en donde, al parecer, te quedaras a vivir.
-         ¿Cómo? – no entendió el niño.
-         Que te quedaras a vivir te dijo – dijo el duende poniéndose serio.
-         ¿Dónde? En la selva pues.
-         Cholito se compungió.  
-         Pero yo tengo a mi madre a mis hermanitos y a mi venadito Lucero esperándome halla en los Andes, ¿Comprendes?
-         Cholito trago saliva.
-         Pero…
-         No hay peros que valgan ñaño. Por el momento es necesario que te vayas alimentando, y para nada mejor que experimentar un ambiente de bosque. ¿Qué te parece? – diciendo así puso la mano en el hombro y en el acto Cholito salió corriendo convertido en una huangana un jabalí.
¡Ji ji ji! – rio el Chullachaqui agarrándose la barriga - ¡Ji ji ji! Y desapareció. Cholito asustado de verse convertido en un cerdo de monte, corrió y corrió gruñendo entre la espesura, sin saber por dónde dirigirse ni a donde ir, hasta que se metió en un matorral espeso, donde se tendió acezante sin ganas de salir. Echado en el suelo observándose asombrado el pelambre cerdoso que lo cubría y las relumbrantes pezuñas que habían remplazado a sus pies.
Se sentía una gran rabia por el duende. Hay si odiaba con ganas a ese enano endemoniado que  tantas maldades ya le estaba haciendo. Mas guardaba las esperanzas de que este, en algún momento, se compadeciese y lo volviera humano. Sintió hambre, y se animó a ramonear algunas hojas que le parecieron apetitosas.                            
       Me gusto porque el Chullachaqui es muy astuto. 

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